características de la adolescencia

La adolescencia es un periodo de transición y crecimiento por el que todos atravesaremos en nuestras vidas y va, aproximadamente, desde los 10 hasta los 19 años. Es una época de grandes cambios y desarrollo, tanto físico como emocional. Como padres, es importante saber cuáles son algunas de las características de la adolescencia para proporcionar el apoyo y la orientación necesarios a los adolescentes durante esta etapa crucial de sus vidas.

También te puede interesar nuestro artículo: 4 claves para detectar problemas alimenticios en adolescentes

La adolescencia es una etapa compleja, que conlleva ciertos riesgos a los que hay que prestar atención. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde los 10 a los 14 años, el mayor riesgo para la salud de los adolescentes está relacionado con la higiene, es decir, el acceso a agua potable y saneamiento. Desde los 15 a los 19 años, los mayores riesgos son por conductas que inician en esta etapa y de las cuales hablaremos más adelante: relaciones sexuales sin protección (lo que lleva a emrazos adolescentes y enfermedades de transmisión sexual) y consumo de alcohol.

10 características de la adolescencia

Por los aspectos mencionados anteriormente, creemos que es de vital importancia que tanto padres como adolescentes conozcan algunas de las características de la adolescencia más importantes. En este artículo analizaremos 10 de ellas con el fin de que puedan informarse más acerca de los cambios naturales de esta etapa y puedan entender lo que conlleva.

Cambios físicos

Imagen de Freepik

La adolescencia trae una etapa de transformación física, marcada por el inicio de la pubertad, los estirones y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. Estos cambios, aunque naturales, pueden ser a menudo una fuente de ansiedad y timidez para los adolescentes. Es importante que los padres les ofrezcan seguridad y apoyo, creando un entorno en el que se promuevan las conversaciones abiertas sobre estos cambios físicos.

Los adolescentes pueden tener problemas de con su imagen, por lo que es vital que los padres fomenten una autoestima positiva y promuevan una imagen saludable de su cuerpo. Además, reconocer que el viaje de cada adolescente a través de estos cambios es único permite una orientación personalizada, haciendo énfasis en la importancia de celebrar la diversidad de cuerpos y aspectos.

Comprender las presiones sociales que contribuyen a los ideales de la imagen corporal es esencial para apoyar a los adolescentes durante esta compleja fase de transformación. Los medios de comunicación y redes sociales exponen frecuentemente a su audiencia a estándares poco realistas, influyendo en la percepción que los adolescentes tienen de su cuerpo y de cómo “debería” verse según los estándares impuestos.

Por lo tanto, los padres desempeñan un papel fundamental a la hora de guiar a sus hijos hacia una comprensión realista de los cambios físicos y ayudarles a apreciar su individualidad. Al fomentar un entorno que promueva la una imagen positiva de sus cuerpos, los padres contribuyen al desarrollo de adolescentes resilientes y seguros de sí mismos que afrontan sus cambios físicos con confianza.

Esta etapa también es un momento oportuno para que los padres les enseñen conocimientos esenciales sobre salud y bienestar a sus hijos. Educar a los adolescentes sobre la importancia de la nutrición, el ejercicio y el autocuidado sienta las bases de un estilo de vida saludable duradero. Poner énfasis en que la atención debe centrarse en su bienestar general más que en ajustarse a “reglas” externas permite a los adolescentes tomar decisiones que den prioridad a su salud y felicidad.

Turbulencias emocionales

Imagen de Freepik

La adolescencia es sinónimo de mayor sensibilidad emocional y cambios de humor, lo que crea un panorama emocional que puede ser un reto para los adolescentes y para los padres. Es importante que los padres reconozcan la normalidad de las turbulencias emocionales durante esta etapa, aceptando que los adolescentes pueden experimentar un amplio espectro de emociones en un breve periodo de tiempo (como seguramente les ocurrió a ellos). La comunicación abierta es clave, ya que los padres se esfuerzan por crear una atmósfera en la que los adolescentes se sientan cómodos expresando sus sentimientos sin sentirse juzgados.

Entender los orígenes de las montañas rusas emocionales durante la adolescencia implica reconocer el impacto de los cambios hormonales, el desarrollo cerebral y los factores estresantes externos. Estos factores contribuyen a la intensidad de las emociones, que van desde la emoción y la felicidad hasta la ira y la tristeza. Los padres pueden ayudar a los adolescentes a desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables, enseñándoles a manejar sus emociones de una manera constructiva. Se les puede sugerir actividades como escribir en un diario, expresarse artísticamente o hacer ejercicio físico. Esto les puede servir como una válvula de escape para liberar sus emociones.

Además, estos cambios brindan a los padres la oportunidad de enseñar a sus hijos acerca de la resiliencia y la inteligencia emocional. Guiándolos a través de los retos y enseñándoles estrategias de afrontamiento eficaces, los padres contribuyen al desarrollo de individuos emocionalmente maduros. Al reconocer que las turbulencias emocionales son una de las características de la adolescencia, los padres pueden fomentar un entorno en el que la comprensión y el apoyo mutuos sean una prioridad, facilitando de esta manera un desarrollo emocional sano.

Formación de la identidad

Imagen de Freepik

La adolescencia es un periodo clave para que los adolescentes exploren y definan su identidad individual. Este proceso implica cuestionar sus creencias, valores e identidades personales, lo que conduce a un viaje de autoconocimiento. Los padres desempeñan un papel fundamental en el apoyo a sus hijos a lo largo de este proceso complejo, brindándoles un espacio seguro para expresarse y fomentando una comunicación abierta. Respetar la evolución de la identidad de los adolescentes es fundamental para establecer un sentimiento de autonomía y confianza en sí mismos.

La exploración y formación de la identidad suelen ir acompañadas del deseo de encajar con los compañeros al mismo tiempo que se establece su individualidad. Los padres pueden contribuir a este proceso facilitando debates sobre el autodescubrimiento, la aceptación de la diversidad y la comprensión de que las identidades individuales son únicas. Reconocer y celebrar las diferencias entre los adolescentes promueve la aceptación y la inclusión, creando una base para el desarrollo saludable de la identidad.

Al navegar por la formación de la identidad, los padres deben estar atentos a los posibles retos y conflictos que puedan surgir. Los adolescentes pueden enfrentarse a creencias y valores contradictorios, lo que provoca luchas internas y expresiones externas de rebeldía. Los padres deben encontrar un delicado equilibrio entre ofrecer orientación y dejar espacio para la exploración. Animar a los adolescentes a articular sus pensamientos y sentimientos les da un sentimiento de seguridad en sí mismos, permitiéndoles atravesar por las complejidades de la formación de la identidad con resiliencia y confianza.

Influencia de los compañeros

Imagen de Freepik

A medida que los adolescentes avanzan por la adolescencia, la influencia de los compañeros cobra un papel fundamental en la formación de su visión del mundo y sus comportamientos. Tener la validación y la aceptación de los amigos se convierte en una de las mayores preocupaciones, y esto influye en las elecciones y opiniones de los adolescentes.

El impacto de la influencia de los amigos puede ser positivo, ayudándolos en el desarrollo de habilidades sociales cruciales, o potencialmente negativo, ya que puede llevar a comportamientos de riesgo o exponerles a la presión negativa de los amigos (peer pressure en inglés). Es deber de los padres establecer y mantener líneas abiertas de comunicación con sus hijos adolescentes, dándoles un entorno en el que puedan tener conversaciones sinceras sobre las relaciones con sus amigos/compañeros.

Además, los padres pueden participar activamente en debates que promuevan el pensamiento crítico sobre la influencia de otros adolescentes. Animarlos a reflexionar sobre sus valores y creencias en el contexto de las amistades contribuye a fomentar su autonomía. Los padres desempeñan un papel vital para ayudar a los adolescentes a desarrollar un fuerte sentido de sí mismos, que les permita navegar por la dinámica social con seguridad e integridad.

Aumento de la independencia

Imagen de Freepik

En la adolescencia, los chicos empiezan a afirmar su independencia y autonomía. El deseo de una mayor libertad y responsabilidad surge a medida que se esfuerzan por convertirse en personas más autosuficientes. Ayudarlos a desarrollar una independencia sana se convierte en una tarea delicada pero crucial para los padres.

Permitir que los adolescentes tomen decisiones y asuman responsabilidades apropiadas para su edad les da poder, dándoles un sentido de agencia y confianza en sí mismos. Sin embargo, en esta búsqueda de autonomía, establecer límites claros y brindarles una orientación garantiza que la nueva independencia se alinee con una toma de decisiones responsable.

Los padres deben afrontar este proceso con sensibilidad, reconociendo el equilibrio entre conceder autonomía y ofrecer apoyo. La creación de un entorno que permita una comunicación abierta ayuda a los padres a comprender las perspectivas y preocupaciones de sus hijos adolescentes, poniendo un enfoque colaborativo en la toma de decisiones. En este espíritu de colaboración, los adolescentes aprenden a apreciar la importancia de la autonomía al tiempo que reconocen la orientación proporcionada por sus padres.

Animar a los adolescentes a sopesar las consecuencias de sus elecciones y a considerar perspectivas alternativas les ayuda a desarrollar el pensamiento crítico. Al participar en procesos de toma de decisiones apropiados para su edad, los adolescentes adquieren valiosas habilidades para la vida que contribuyen a su crecimiento y madurez. Por lo tanto, comprender y apoyar el aumento de la independencia durante la adolescencia es importante para que los padres eduquen a individuos autónomos.

Cambios cognitivos

Imagen de Freepik

La adolescencia se desarrolla como una punto crítico para el desarrollo cognitivo, marcado por la aparición de un pensamiento más abstracto, el razonamiento lógico y la formación de opiniones individuales. Los adolescentes inician un viaje de crecimiento intelectual, volviéndose más críticos y analíticos en sus procesos de pensamiento. Los padres pueden apoyar activamente este desarrollo cognitivo al crear un entorno que fomente el pensamiento independiente y la resolución de problemas.

Promover el pensamiento independiente implica propiciar un ambiente en el que los adolescentes se sientan libres para expresar sus pensamientos e ideas. Los padres desempeñan un papel esencial a la hora de valorar y respetar las opiniones de sus hijos adolescentes, incluso cuando difieren de las suyas. Entablar debates significativos que estimulen el pensamiento crítico permite a los adolescentes perfeccionar sus capacidades cognitivas y articular sus puntos de vista. En este proceso, los padres se convierten en importantes aliados que guían a sus hijos adolescentes en el desarrollo de sus capacidades intelectuales.

Animar a los adolescentes a explorar diversos intereses, emprender iniciativas educativas y participar en actividades que inviten a la reflexión contribuye a su desarrollo cognitivo. Los padres pueden apoyar a sus hijos en este proceso al facilitarles el acceso a los recursos, celebrando la curiosidad y promoviendo el amor por el aprendizaje. Entender los cambios cognitivos que se producen durante la adolescencia permite a los padres contribuir activamente al crecimiento intelectual de sus hijos adolescentes, sentando las bases para un futuro de pensadores críticos y aprendices permanentes.

Conductas de riesgo

Imagen de Freepik

La adolescencia es una fase marcada por una mayor inclinación hacia conductas de riesgo, una característica que se deriva del desarrollo de la corteza prefrontal, la cual es responsable de la toma de decisiones y el control de impulsos. En este periodo, los adolescentes se involucran en actividades que pueden suponer riesgos potenciales, como experimentar con drogas, el consumo de alcohol, conducir de manera temeraria o la participación en conductas sexuales de riesgo.

Los padres desempeñan un papel fundamental a la hora de educar a sus hijos sobre los riesgos potenciales asociados a determinados comportamientos durante la adolescencia. Establecer líneas abiertas de comunicación es esencial, ya que permite a los padres transmitir información de una manera comprensiva y sin prejuicios sobre las consecuencias de asumir riesgos .

Fomentar la capacidad de tomar decisiones saludables se convierte en una estrategia proactiva para prevenir situaciones potencialmente perjudiciales. Al fomentar el sentido de la responsabilidad y hacer énfasis en el impacto a largo plazo de sus elecciones, los padres dan a los adolescentes las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas que contribuyan a su bienestar general.

Además, los padres pueden tener conversaciones que profundicen en las motivaciones para tener conductas riesgosas. Entender estos factores, como la presión de grupo o la búsqueda de autonomía, permite a los padres ofrecerles una orientación personalizada. Al abordar las causas profundas, los padres contribuyen no sólo a la prevención de riesgos, sino también al crecimiento emocional de sus hijos adolescentes, fomentando un sentido de autoconciencia y resistencia frente a las influencias externas.

Búsqueda de la autonomía

Imagen de Freepik

Como hemos mencionado, este es un periodo en el que los adolescentes buscan autonomía, tratando de establecer identidades distintas de las de sus padres. Esto se caracteriza por el desafío a las figuras de autoridad, el cuestionamiento de las normas y tradiciones establecidas y un deseo general de mayor independencia. Reconocer y comprender esta inclinación natural es importante para que los padres busquen un equilibrio entre concederles autonomía mientras les proporcionan la orientación necesaria.

Comprender que la búsqueda de la autonomía es una parte vital del desarrollo adolescente permite a la familia abordar los retos propios de la etapa con empatía. En lugar de considerar el desafío como una simple rebelión, los padres pueden reconocerlo como una manifestación de la creciente necesidad de independencia de los adolescentes. Apoyarlos en esta búsqueda implica reconocer sus puntos de vista, entablar un diálogo constructivo y ofrecer una orientación que promueva tanto la autonomía como la responsabilidad. De este modo, los padres contribuyen al desarrollo de individuos completos, capaces de afrontar las complejidades de la edad adulta.

Autoconciencia

Imagen de Freepik

Los adolescentes son cada vez más conscientes de sí mismos, lo que les lleva a darse cuenta de varias facetas de sus vidas. Las preocupaciones por la apariencia, las habilidades y el estatus social se convierten a menudo en puntos focales, desencadenando comparaciones con los compañeros y preocupaciones por encajar y miedo a ser juzgados. Los padres desempeñan un papel crucial a la hora de alimentar la autoestima de sus hijos durante este delicado periodo, centrándose en sus puntos fuertes y resaltando una imagen corporal positiva.

Abordar la timidez implica crear un entorno en el que los adolescentes se sientan aceptados y valorados por lo que son. Los padres pueden destacar sus puntos fuertes, sus talentos y cualidades únicas de cada uno, fortaleciendo su autoestima. Construir una imagen corporal positiva es fundamental para combatir las percepciones negativas de uno mismo y promover una actitud sana hacia el aspecto físico que vaya más allá de las normas sociales.

Los padres también pueden guiar a los adolescentes hacia la autoaceptación y la resiliencia. Al inculcar que todo el mundo tiene cualidades únicas, los padres animan a sus hijos a abrazar su individualidad. Enseñarles mecanismos para desafiar las presiones sociales y tranquilizarles en los momentos de duda contribuye a que se conviertan en adolescentes emocionalmente resilientes. Al abordar activamente la timidez y promover una imagen positiva de sí mismos, los padres contribuyen decisivamente a formar el autoconcepto de sus hijos adolescentes y a sentar las bases de su bienestar mental y emocional.

Desarrollo emocional y social

Imagen de Freepik

En esta etapa, los adolescentes establecen relaciones más profundas y significativas más allá de su familia inmediata. Esta etapa implica moverse por el complejo mundo de las amistades y experimentar sus primeras relaciones románticas. Los padres desempeñan un papel decisivo a la hora de guiar a sus hijos adolescentes a través de este desafío, fomentando interacciones sociales sanas, impartiendo empatía y habilidades de comunicación, y brindándoles apoyo cuando las relaciones se complican.

Ayudarlos a tener interacciones sociales sanas implica crear un entorno en el que los adolescentes puedan desarrollar habilidades interpersonales. Los padres desempeñan un papel crucial a la hora de facilitar los compromisos sociales, animarlos a participar en actividades de grupo y proporcionar oportunidades para una socialización positiva. Estas experiencias contribuyen a la formación de habilidades esenciales de comunicación, empatía y una comprensión más profunda de la dinámica social.

Los padres también se convierten en guías a la hora de abordar las relaciones románticas. La comunicación abierta se convierte en primordial, creando un espacio en el que los adolescentes se sientan cómodos para hablar de sus experiencias y pedir consejos. Brindar apoyo durante las dificultades de las relaciones requiere que se ofrezca una guía, pero permitir que los adolescentes tomen sus propias decisiones, fomentando la independencia en el contexto del crecimiento emocional.

Además, los padres pueden iniciar conversaciones sobre la importancia de la empatía en las relaciones. Enseñar a los adolescentes a comprender y respetar los sentimientos de los demás contribuye al desarrollo de individuos emocionalmente inteligentes. Al impartir estas habilidades, los padres desempeñan un papel decisivo en la formación de las competencias emocionales y sociales de sus hijos adolescentes, garantizando que lleguen a la edad adulta con una base sólida para tener relaciones significativas y sanas.


En conclusión, comprender las características de la adolescencia puede ayudar a padres e hijos a atravesar esta compleja etapa del desarrollo con mayor facilidad. Al reconocer los cambios físicos, emocionales, cognitivos y sociales que se producen durante la adolescencia, los padres pueden brindar el apoyo, la orientación y la comprensión necesarios para ayudar a sus hijos a transitarla. Recuerda que la adolescencia es una época de crecimiento y exploración y, con la orientación adecuada, puede ser una experiencia transformadora y fortalecedora tanto para los padres como para los hijos.

Share this article